jueves, 24 de julio de 2008

la expresión más simple

¿Quién sabe? cual será la naturaleza de las sensaciones, de las emociones, de las conmociones al… al escuchar una sola canción, un solo sound track, una melodía, una voz, un ruido, algo que nos haya marcado alguna vez algo, o que lo esté haciendo por primera vez. ¿Quién sabe? como llamarlo? una o mil palabras me parecen tan inútiles para esto, ni todo lo que escribiré hoy ni todo lo que escriba hasta que me muera, ni todo lo que exprese, ni todo lo que logre mostrar, o liberar… de eso que tenemos dentro de uno mismo, muchas veces, que muere por salir, que clama por un espacio y/o tiempo apto, que necesita escapar de alguna forma… sea como una lágrima, sea como una sonrisa, sea como una alegría extraña, sea como las ganas de bailar o moverse caóticamente, sea como la expresión más simple y tonta de quedarse escuchando inmóvil frente a un parlante sin saber un carajo que le está pasando, solo sabiendo que lo que está viviendo en ese momento… vale bien lo que se ha vivido todos sus años de vida hasta eso. Porque la felicidad o lo que sea que pase, o como haya que llamarla en ese momento… encuentra la perfección, encuentra lo imposible en ese momento, te libera, te saca de tu realidad, te hace entrar en ella, te envuelve con esa melodía, te hace inseparable de ella, y quizás hasta te encadene a seguir y seguir escuchando y escuchando, una y otra vez, todas las veces que quieras… no importa el resto, no importa qué digan, no importa si estaré haciendo mal o bien, porque en esos momentos… en esos momentos indescriptibles por mí y por quien intente hacerlo, nada vale más, nada… sí… :)… la muerte podría venir en ese instante… y moriría feliz, más feliz que nunca, sí, que nunca. Porque cada vez que pase, cada vez que sientas así, cada vez que sientas eso que estoy sintiendo ahora, todos y cada uno de esos momentos, serán igual de perfectos, todos y cada uno. Y sí, quizás habré encontrado la felicidad, sí, la felicidad en ese momento, aunque luego salga y me vaya al infierno o al paraíso de lo real, ese momento… siempre será perfecto, cada uno de esos momentos. La verdad, tengo tanto que escribir hoy… que ni aunque escuche esta melodía 100 veces más… podría terminar con todo lo que podría expresar hoy, ahora, creo que si alguien se siente identificado de alguna forma… por lo menos aquel o aquella sabrá que hay alguien en este planeta que siente algo similar, y si es que yo también lo lograra saber, creo sería un poco más feliz, solo por eso, por saberlo, sí, solo eso…
Igualmente voy a sentir toda la vida que con todo esto me quedo tan corto, tan simple al expresar este momento, tan cortas las horas y el tiempo real, tan simple la expresión, tan vaga, tan superflua, sí… Quería hablar del amor, quería hablar del éxito, del fracaso, quería hablar de la vida, quería hablar de algunas cosas que vivo en este momento, de algunos golpes, de algunos tropiezos... tropiezos conmigo mismo, con la realidad, con la simpleza con la que aparece una ilusión, con la facilidad con la que se pierde la razón muchas veces, con la facilidad con la que nos puede transformar una sonrisa, en un momento extraño, en un espacio, en algún lugar; y la facilidad con la que podemos caer tan rápido en la sinrazón, se tenga los años que se tenga, se tenga la experiencia que se tenga, nadie está exento de una excepción en la vida. Por más que crea haber aprendido mucho en estos 25 años, por más que controle la mayor parte de mis emociones con una cierta “lógica”, por más que asuma mi responsabilidad y sea consciente de todo lo que involucran mis actos, por más que viva la vida de un adulto, por más que trabaje o gane lo mismo que un adulto, por más que pueda ser independiente. Adulto, una palabra extraña, un concepto aún más extraño, es que tengo que ser adulto solo por los años de edad? Bueno, en verdad nunca fue así, quizás más adelante encontraré la razón que la diferencia de lo anterior, y el límite entre lo que soy ahora… y un adulto propiamente dicho. Aunque quizás este dándole demasiada importancia a esa palabra, quizás… ja
Bastó una simple melodía, una simple canción, un simple recuerdo bonito, para aliviar este momento, este dolor que ya se fue, eso y un largo llanto del día de ayer, algo de lo que me siento tan bien, tan bien de tener personas a mi lado con las que poder llorar, tan bien de saber expresarme de ese modo, tan bien de no ser el hombre común que evita esos momentos ante todo, y tan bien porque… porque cada día, cada día ese niño de adentro, ese que sale de vez en cuando en algún “descuido”, ese que aun no aprende bien las diferencias… en sí muchas diferencias, en sí muchas cosas, emociones, sensaciones de una o más personas, o por una o más personas, sabría describirlo ahora… si tan solo supiera que es. Sí, solo sé que es un niño, y que muchos me han conocido así, y no me arrepiento de ello; pero ahora solo sé que tengo mucho más que aprender… mucho… mucho… en eso estoy… :)

domingo, 27 de abril de 2008

solo sentir



7.50 de la noche, caminando por unas calles simples, con pocos rastros de vida cercana, tratando de mantener el paso pausado, tratando de no dejarme llevar por la rapidez inherente a la civilización actual, mirando nada, viendo todo, sin saber bien si las más simples sensaciones son en verdad las más complejas, dada la libertad que te da el tiempo, cuando lo buscas, cuando lo encuentras, el corto tiempo, esos pequeños momentos en los que puedes deliberar contigo mismo, esos que esperas mucho tiempo, muchas veces, pero que cuando llegan... no sabes bien que hacer…

Finalizando uno más de los escasos y tan dichosos días que puedo compartir con ella, aquella que hasta ahora quizás es quien tuvo la mayor trascendencia en mi vida, años atrás, y posiblemente hasta ahora, quizás. Y alejándome ahora de su sitio, por esta vez, esperando volver pronto. Acercándome también al lugar de aquella otra, que me marcó pocos años atrás de forma indeleble con un beso, un siete de noviembre, con el que finalizó una etapa en mi vida, con el que creí comenzar algo totalmente nuevo y hermoso, para luego caerme de la cima a la sima, para que saliera de aquel sueño cinco días después, con mucho dolor, pero no igual, jamás volvería ser igual…

Tan solo sigo, de regreso a mi lugar, y se inicia una melodía hermosa, que hizo recordarme alguna vez el corretear cuando niño, el esconderse tras un muro de aquella chiquilla, el jugar con los demás niños, y el imaginar que alguna vez lo hice con ella, con la misma libertad que en los programas infantiles, y que nos mirábamos tan solo por una felicidad lúdica. Y el imaginar que fue con ella, justamente ella, de la que en ese momento ya me alejaba también; cuando un día me dedicó esa canción, sin saber mucho de mi manía por la música, la cual quedaría marcada con ella, con la que volvería la misma imagen, cada vez que la escuchara, con la que no la olvidaría jamás. Y es que aunque no fuera por ese sonido, siempre la recordaría… con esa simple felicidad que provee el recuerdo de algo muy lindo… con el que solo sonríes… :)

Es cuando, libre de más emociones, empiezo a pensar, qué tema abordar, con qué iniciar este experimento, con qué llenar este pequeño vacío, con qué?… tras haber pensado vagamente en algunas ideas, tras haber discutido sobre cómo debería llamarlo, sin saber el nombre aún, solo saber del autor, sin saber escribir, sin haber leído casi nada, con mucha inquietud, recordando aquella que me incitó este ánimo, recordando la imagen de su sonrisa, pues en verdad sin ella no estaría aquí… y es cuando una canción me dice: “… sin protestar, sin decidir, sin prejuiciar, solo sentir… sin decretar, sin reprimir, sin objetar, solo sentir”… y es que tenía que ser de una de mis bandas de toda la vida, para toda la vida, de una de las películas más célebres de mi vida adolescente, y con mucha trascendencia. De un grupo de personas al que tengo una fe antelada, pues esta y muchas veces me han dado una pequeña alegría, me dan luz en esos pequeños momentos, y el darse cuenta del resto es solo cuestión mía, el dejarme llevar…

Y es cuando me doy cuenta, que todo esto comenzó justamente allí… a las 7.50 pm, sin ningún lapicero, sin nada donde escribir, sin tema de que hablar “solo sentir” para plasmar tres horas más tarde, lo que aconteció en aquellos 20 minutos, en poco más de una hora, con la misma sensibilidad, las mismas melodías, el mismo ritmo, las mismas ganas, de aquel momento, solo un momento, sin mayores complejidades ni circunstancias extremas, algo que ciertamente debería pasar desapercibido… por lo que por todo esto, sea quien sea que haya soportado y llegado hasta este momento de lectura… bienvenido a mi blog :), prometo no escribir siempre así…